
El FC Barcelona no está pasando su mejor época en lo que al fútbol base se refiere. Tras años de gloria, de ascensos, de éxitos innumerables y de una imparable producción de grandes futbolistas, la entidad blaugrana lleva dos temporadas en las que únicamente acumula disgustos y decepciones.
Hace dos años, el filial azulgrana, primero con Eusebio y después con Jordi Vinyals, descendió de Segunda a Segunda B, y la pasada, la primera de Gerard López como técnico del segundo equipo culé, el joven conjunto catalán, del que se esperaba una brillante andadura por la División de Bronce, no pudo más que terminar en undécima posición.
A algunos de ellos, como Sergio Juste, Juan Antonio Ros, Isaac Padilla y Joel Huertas, ya se les comunicó al término de la pasada temporada que no se contaba con ellos, por lo que eran libres de buscarse un nuevo equipo en el que recalar. Similares casos a los de Robert Gonçalves, el flamante fichaje carioca al que el Barça no quiso prorrogar una temporada más su cesión, y Salva Chamorro, con el que se rescindió el contrato a pesar de que le quedaba un año más de vinculación con la entidad culé.
No obstante, los casos más chocantes son los recientemente conocidos de Elohor Godswill, al que el club no ha querido renovar tras once años en la disciplina del FC Barcelona; Xavi Quintillà, que ha recibido el permiso del Barça para ir a entrenar con el Red Bull Salzburgo de Óscar Garcia, y Robert Costa, capitán del filial que hace dos días se despidió de la entidad vía Instagram, y del que hoy se ha sabido que se marcha libre al Celta ‘B’.
Artículo extraído de: Fichajes
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